La vida en su transcurrir nos deja aprender de ella y darle oportunidad de que ella nos conozca, siendo pues, motivo de agallas y valor.
Durante cada etapa nos hace pasar por momentos que sin duda nos llenan de muchos sentimientos y alegrías, pero también nos hace caminar por otros que nos traen duda e incertidumbre.
Y en el arduo andar de esta vida, vas aprendiendo a valorar cosas... perdiendo ese fatuo sentimiento que te da la inexperiencia.
En mi seguimiento, he valorado mucho, pero nada como saber decir con todo gusto y sinceridad que lo que más he aprendido a valorar son aquellos instantes, que insignificantemente pasan por nuestra vida sin que muchos les tomen el verdadero valor que tienen, nada es mejor que saber sentir esos momentos e identificar el valor de cada uno y saber que ante todo conocimiento siempre prefiero la sabiduría de la vida y los valores de la humildad y el amor hacia los hermanos.
Todo se encuentra a nuestro alrededor, lo que nos falta es contemplar, mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de ello. Así que yo invito a que cada amigo o hermano que lea esta entrada a que se anime a intentar ver mas detalladamente algo en especial y se dará cuenta que todo es asombroso…
Desde lo que yo prefiero como contemplar el cielo (en cada momento que puedo) hasta sentir la fresca brisa tocar cada parte de mi rostro…
Aunque tal vez… nada de eso pueda ser mejor que amar el mayor y más hermoso regalo que todos compartimos… eso a lo que llamamos vida.
