El destino nos juega una pasada (buena o mala) y nos hace volver a una realidad, que en un presente nos parece ficticia y muchas veces hasta olvidada, pero al mismo tiempo nos devuelve una esperanza que siempre queda.
Después de todo algún día fue un sueño, un anhelo, una meta que tal vez quedo frustrada o incompleta y si lo vemos desde otro punto de vista. Puede ser otra oportunidad, ¿Porque no?
No podemos confiarnos en que quizás todo es por merecimientos, pero si por acciones, y si obras bien, ten por seguro que recibirás el bien.